¿Cómo entender el problema de la ciberseguridad?
• Las reglas del ciberespacio son diferentes de las del mundo físico.
La seguridad dentro de las tecnologías de la
información o ciberseguridad está enfocada en la protección de la infraestructura y especialmente, de la información contenida
dentro de ésta, ya sea distribuida en los equipos computacionales o circulante
a través de internet.
Existen estándares,
protocolos, métodos, reglas, herramientas y leyes concebidas para minimizar y
erradicar los posibles riesgos,
sin embargo, después de casi 20 años de inversión y desarrollo, ¿Por qué todavía nos preocupa la ciberseguridad? De hecho, el problema parece
estar empeorando ante un contexto actual de ciberataques.
Responder a esta pregunta va más allá de las cuestiones técnicas. Incluso si resolvemos los
problemas técnicos, la ciberseguridad seguirá siendo un reto, ya que hasta
el momento presenta un desfase entre el mundo digital y el mundo físico, que
podemos resumir en dos ideas centrales:
1.
Las reglas del ciberespacio son diferentes de
las del mundo físico.
2.
El derecho, la política y la práctica de la
seguridad cibernética, aún no están plenamente desarrollados y debidamente
coordinados.
La naturaleza nodal de una red
elimina los conceptos de distancia, fronteras y proximidad, lo cual tiene profundas implicaciones para la
seguridad; las amenazas pueden venir de
cualquier lugar, de cualquier persona. Como resultado, nuestros modelos del mundo físico
simplemente no funcionan en el ciberespacio. Por ejemplo, asignamos al
gobierno federal la tarea de la seguridad fronteriza, pero si no hay una
frontera, ¿Dónde se colocarán éstos, ¿Cuál sería su punto central de
vigilancia?
Los mismos principios del ciberespacio que permiten a las
empresas llegar a miles de clientes en todo el mundo, también permite que la
ciberdelincuencia tenga acceso a estos.
Sin embargo, no se puede obligar a los gobiernos a interponerse en el camino de
los segundos, sin interponerse de igual forma en el camino de los primeros.
El paradigma del ciberespacio sigue siendo muy nuevo
desde el punto de vista jurídico y político.
En la forma moderna, Internet y el
ciberespacio han existido por sólo unos 25 años y han cambiado constantemente durante
ese período de tiempo. Por lo tanto, no hemos desarrollado los marcos globales
que necesitamos. De hecho, todavía no tenemos respuestas claras ante ciertas
interrogantes:
·
¿El internet debería estar regulado en cuanto a lo que se publica?
·
¿Cuál es la división correcta de la responsabilidad entre los gobiernos y
el sector privado?
·
¿Qué estándar de atención debemos esperar de las compañías que manejan
nuestros datos e información?
·
¿Qué acciones son aceptables para los gobiernos, las empresas y los
particulares y cuáles no?
¿Hay alguna solución para la ciberseguridad?
Quizá una pista se encuentre
en los protocolos de manejo de crisis,
no por la crisis misma, sino por la estructura
que divide responsabilidades para dar soluciones fluidas y oportunas según
circunstancias cambiantes. En la respuesta a los desastres, la preparación
y la respuesta inicial residen en el nivel local, si éste escala, entonces los
niveles más altos de gobierno pueden intervenir.
Podríamos aplicar estos principios
a la asignación de responsabilidad en el ciberespacio: las empresas y las organizaciones siguen siendo responsables de
asegurar sus propias redes. Pero si se pone de manifiesto que un estado-nación
está involucrado, o incluso si el gobierno federal sospecha que un
estado-nación está involucrado, entonces deberá colaborar y brindar ayuda.
Con cada uno contribuyendo a resolver y fortalecer la ciberseguridad
ante el contexto de las amenazas latentes, podemos avanzar en la solución de este
paradigma, el cual es una tarea clave para los próximos años.
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